No me sentía perfecta y sabía que nunca lo sería, pero
dentro de mi imperfección tenía esa luz escondida, no brotaba en días muy
oscuros ni grises porque era mi reserva de vida, esos días tristes lograban que
encontrara el camino a la luz, porque sin luz, nada de lo que existe serías
capaz de ver.
A veces no me reconocía en el espejo, buscaba esa chispa de
lo que fui antes, sin saberlo, me topé con el futuro, de una mañana a otra ya
era algo diferente. Pero ¿cuál era el problema? Ni la vida era del todo comprensible
ni todo lo comprensible demuestra evidencia de la vida.
Tuve que regresar al día en que nací para recordar mi
destino, el propósito de mi existencia, debía aprovechar mi paso por esta
tierra y de alguna manera iba a lograr saber qué es exactamente lo que debía
lograr, debía dar pasos, uno a la vez, debía correr de las sombras y abrigarme
en la luz, todo esto se estaba tornando un enorme bosque, los árboles tenían tanto que decir, pero yo no
tenía mucho que responder.
1/11/2017 Nadia LI
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