Sí se pueden vencer las tinieblas que a veces no nos permiten ver con claridad. Se vence con la luz la oscuridad, lo malo con lo bueno, la desesperanza con la esperanza. Si la luz de Dios está brillando en nuestro corazón hoy, abrazaremos ese momento de bendición, sabremos que ya estamos ganando la batalla, no nos rindamos.
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